Los medicos II – La consulta.

Vamos construyendo poco a poco nuestra consulta, y cada vez está más completa, lo que nos proporciona vivencias y experiencias cada vez más significativas.
En este sentido, agradecemos la colaboración de las familias al aportar todo tipo de materiales relacionados con este campo tan interesante, que nos han ofrecido muchos aprendizajes. Por ejemplo, hemos visto libros de anatomía animal y humana; hemos visto vendajes especiales para animales y otros para personas; pesos para poder pesar a los pacientes; metros para medir la estatura; fichas médicas…

Este viernes, un niño que tiene mucha experiencia en consultorios médicos, nos presentó algún material elaborado por él mismo ayudado por su madre. Este material, recoge y refleja las vivencias propias que ha tenido en los hospitales.

El niño, habla desde la propia experiencia y vivencia, con todo lo que ello conlleva… nos habla desde la seguridad de la persona que sabe muy bien de lo que habla y que lo transmite a aquél con que lo comparte. De esta manera, sus iguales, interiorizan su saber y su experiencia de una forma muy significativa, impregnados y fascinados por lo vivido.

Algunos niños reconocen el material  como los pesos, la tabla para medir la estatura, las fichas para apuntar los datos de cada paciente, recetas, y como no, la tabla de identificación.

Después de la asamblea, todo el grupo de mayores decidió ir a colocar todo en el consultorio y jugar con ello.

“¿Quién es el médico?”, “¡Yo!”, “Yo el ayudante.”, “Yo el enfermo.”, “Y yo”, “Y yo”…Surgieron demasiados enfermos. “No cabemos todos”. “Los enfermos tienen que esperar en la sala de espera”, “¿Donde es la sala de espera?”, “Aquí.” (Los pacientes se meten dentro del armario)

El médico se reconocía fácilmente porque iba andando muy estirado con las manos tras la espalda, y algunas veces esperaba las respuestas del ayudante para apuntarlas. Tenía un aire simpático y atento con sus pacientes. “Hay que pesarle”, “Póngase aquí señora”, “dos… cero… ocho”,, “Ahora hay que medirla” Y apunta los números que veía en la tabla. “Yo soy más alto que tú”, “A ver…”

“¡El siguiente!”. Entra un nuevo paciente. “¿Qué le pasa señora?”, ”Me duele.”,”¿Donde le duele?”, “Tiene el radio roto.”, “Hay que vendarle.” Asombrosamente venda el antebrazo. “Necesita el sistema respiratorio.” Le coloca la mascaría de oxigeno. Le miran las orejas con el aparato correspondiente. “Hay que darle una inyección” Sacan la jeringuilla y proceden a aplicarle el tratamiento.
Mientras, el médico apuntaba todos los datos en una libreta que hemos hecho con varios folios. Nombre, estatura, peso. Luego la receta.

“Ahora yo soy el médico” Y volvían a pesar, medir, escribir el nombre, hacían el diagnóstico y pasaban receta. ¿Y los que no escriben? Se buscan sus propias estrategias, preguntan a los compañeros, copian de los nombres de la tabla de presencias…Realmente ha sido una mañana de mucho trabajo en la consulta médica.

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