El Arte de Aprender Jugando
En el corazón de El Escorial, la educación en Colibrí se convierte en una obra maestra, donde cada día es una nueva oportunidad para que los niños descubran, exploren y crezcan a través del juego y el aprendizaje.
¿Qué hace tan especial a Colibrí?
En Colibrí, creemos en el arte de aprender jugando. Consideramos que jugar es el lenguaje universal de la infancia y lo elevamos a una forma de arte.
En este espacio, la curiosidad pinta los lienzos, la imaginación moldea las esculturas, y cada rincón resuena con risas y descubrimientos. Los espacios están diseñados para ser escenarios donde la creatividad, emoción y conocimiento se encuentran con la curiosidad.
Integrando la pedagogía activa
En Colibrí, nos enorgullece de cultivar un entorno donde el aprendizaje y el juego se entrelazan armoniosamente, dando lugar a una experiencia educativa única: El Arte de Aprender Jugando.
Aquí, cada niño y niña es el arquitecto de su propio viaje de exploración y aprendizaje.
Creemos firmemente que el juego no sólo es una herramienta poderosa para el aprendizaje, sino que también es esencial para fomentar la curiosidad, la creatividad y el pensamiento crítico.
En Colibrí, el juego no es simplemente un descanso de la educación formal, sino que es el corazón mismo de nuestro enfoque de pedagogía activa, guiando a nuestros pequeños exploradores hacia un mundo de descubrimientos emocionantes y aprendizajes significativos.
EL ARTE DE APRENDER JUGANDO: METODO EDUCATIVO POSITIVO
Los niños no juegan con el objetivo de aprender, aunque de manera más o menos consciente, aprenden jugando.
Alrededor de los dos años de edad, demuestran una notable capacidad para imaginar, inventar, crear, construir y transformar cualquier situación en una experiencia lúdica y placentera.
Sin embargo, el juego trasciende la mera diversión. Es una herramienta inherente de aprendizaje, ya que implica una interacción constante con el entorno, con otros niños y con adultos.
Existen diversos tipos de juego que se asocian con las distintas etapas del desarrollo infantil. Durante el primer año y medio o dos años, el juego se centra principalmente en la exploración sensorial y motora.
Conforme los niños crecen y adquieren habilidades lingüísticas, surge el juego simbólico, donde despliegan su imaginación para crear mundos propios y al mismo tiempo imitan lo que observan y escuchan a su alrededor.
El juego con reglas aparece más tarde, alrededor de los 4 años, ya que requiere una mayor capacidad para comprender normas, esperar turnos y recordar reglas.
A partir de los 4 años, los niños comienzan a involucrarse en juegos con reglas simples, como juegos de memoria, juegos de contar y juegos de emparejamiento.
Estos juegos introducen conceptos básicos de reglas y estructura, preparándolos para juegos más complejos en el futuro.
Independientemente de su forma, el juego estimula tanto el desarrollo mental como físico de los niños, permitiéndoles aprender de manera natural y sin esfuerzo consciente.
Por tanto, es clave en nuestra institución Colibrí utilizar el juego como método de enseñanza, ya que es la forma más efectiva de captar y mantener la atención de los niños y las niñas.
La motivación de los pequeños es fundamental para poder desarrollar en ellos el Arte de Aprender Jugando.
EL ARTE DE APRENDER JUGANDO AL AIRE LIBRE
Quienes han presenciado el impacto del aprendizaje y juego al aire libre en los niños comprenden la profundidad de estas experiencias.
La enseñanza al aire libre no sólo crea recuerdos perdurables, sino que también fomenta una mayor apreciación del entorno, ofrece más oportunidades para el pensamiento independiente y despierta en los niños un sentido de desafío y emoción por aprender.
La actividad al aire libre es fundamental para el desarrollo saludable y la felicidad de los peques, ya que los mantiene en movimiento y comprometidos con su entorno natural.
Este aspecto cobra especial relevancia durante los primeros años del acompañamiento respetuoso a la infancia, un período crucial caracterizado por un desarrollo significativo en todas las áreas.
Jugar al aire libre permite que los niños y las niñas desarrollen y perfeccionen habilidades motoras fundamentales, como caminar, correr, saltar, trepar, deslizarse y pedalear.
También les brinda la oportunidad de mejorar habilidades manipulativas, como lanzar, atrapar, patear, golpear y rebotar, así como habilidades de equilibrio, que incluyen flexibilidad, estiramiento, coordinación y control del cuerpo.
Es importante reconocer que los niños necesitan un entorno propicio para la actividad física y el movimiento espontáneo, aspectos fundamentales para desarrollar y fortalecer habilidades motrices básicas.
El movimiento desempeña un papel central en la vida y el aprendizaje de los niños y las niñas, impactando en todas las áreas de su desarrollo.
A medida que los pequeños crecen, su capacidad para interactuar con su entorno y comprenderlo está estrechamente ligada a su habilidad motriz y desarrollo físico.
El movimiento es la vía principal a través de la cual los niños exploran tanto su propio cuerpo como el mundo que los rodea. Es a través de esta exploración que adquieren competencia y confianza en sí mismos.
No sólo experimentan la diversión que conlleva el movimiento, sino que también desarrollan habilidades físicas y una confianza que los motiva a participar en actividades físicas a lo largo de su vida, contribuyendo así a un estilo de vida activo y saludable con todos los beneficios que ello conlleva.
Si traes a tu peque a Colibrí podrás descubrir el motivo por el cual nuestro jardín al aire libre es un verdadero tesoro: un espacio diseñado con juegos, un huerto vibrante y rincones acogedores, todo cuidadosamente concebido para fomentar el maravilloso Arte de Aprender Jugando.
EL ARTE DE APRENDER JUGANDO: VALOR Y BENEFICIOS
La importancia del juego en la infancia es multifacética y abarca numerosos aspectos del desarrollo infantil.
Aquí te presentamos varias razones que destacan su relevancia:
- Desarrollo de la psicomotricidad. El juego físico satisface la necesidad de ejercicio y ayuda a desarrollar habilidades motoras como la coordinación y el equilibrio, aspectos cruciales para el aprendizaje futuro.
- Conocimiento del cuerpo y el mundo. A través del juego, los niños exploran su cuerpo y entorno, comprenden la relación causa-efecto y desarrollan una representación mental del mundo que les rodea.
- Estimulación mental. El juego favorece la adquisición de habilidades básicas como lectura, escritura y cálculo, además de estimular la imaginación, la creatividad y ambos hemisferios cerebrales.
- Expresión y realización de deseos. El juego permite a los niños expresar sus emociones, desarrollar intereses personales y tomar decisiones, lo que contribuye a su maduración personal y auto-determinación.
- Equilibrio emocional. El juego sirve como un mecanismo regulador de emociones, ayudando a los niños a encontrar un balance entre lo positivo y lo negativo, promoviendo así el bienestar emocional.
- Fortalecimiento de la autoestima. Al jugar, los niños exploran sus fortalezas y debilidades, experimentan sensaciones de libertad y participación, lo que contribuye al desarrollo de una sana autoestima.
- Preparación para la vida adulta. A través del juego, los niños practican actividades que serán importantes en su vida adulta, lo que les ayuda a comprender el mundo de los adultos y a adquirir habilidades para enfrentar los desafíos futuros.
- Adquisición de disciplina y seguimiento de reglas. El juego enseña la importancia de la disciplina, rutinas y el respeto por las reglas, aspectos fundamentales para el desarrollo de la personalidad y el comportamiento socialmente aceptable.
- Desarrollo de habilidades sociales. El juego facilita la interacción con otros niños, promoviendo la socialización, el trabajo en equipo, la tolerancia y la colaboración, habilidades esenciales para la vida en sociedad.
Día a día, en Colibrí trabajamos con gran entusiasmo para desarrollar y mejorar las actividades que promueven el Arte de Aprender Jugando.
En nuestro espacio de educación infantil El Escorial, encontrarás un ambiente lleno de color, alegría y magia, donde cada actividad está cuidadosamente pensada para estimular la curiosidad, la imaginación y el ingenio de nuestros niños y niñas.
Desde juegos interactivos hasta labores en la huerta, cada momento en Colibrí es una oportunidad para aprender de forma divertida y significativa.