El pasado 6 de mayo celebramos en Colibrí un gran festín para todas las familias y amigos que quisieron venir a acompañarnos, os dejamos con el relato de este día…
El gran día llegó. Llegan una a una las familias para preparar. La emoción se nota desde primera hora. Hay muchas ganas y por eso mismo, muchos nervios. El día amaneció soleado después de una víspera de mucha lluvia. Eso es bueno, sacaremos los cuernos al sol cerquita del huerto.
Enseguida el jardín se llena de niños así que lanzamos los primeros juegos mientras ultimamos los preparativos: ¡hay papás y mamás para todo! Colibrí se llena de risas y caras pintadas, de carreras, huele a fuego y el jardín luce precioso con los puestos de artesanía, las decoraciones y sombrillas, las cabañas, las telas para los más pequeños…
El cuento es la primera actividad que reúne a casi todo el mundo. Ahí tomamos conciencia de la cantidad de gente que ha venido. ¡Un éxito! Hay abuelos, hermanas mayores, bebés, vecinos, amigas… La barbacoa remata esta celebración que tanto debe a las familias que se han implicado, planificado, difundido y llevado a término este emocionante festín.
Por todas partes hay caras sonrientes, palmadas en la espalda, bailes y saltos, grandes planes para la próxima vez… también hay espacio y sombra para las siestas de los más pequeños, para los secretitos en voz baja, para consolar alguna que otra caída. Los estómagos se asientan y apetece un bizcochito con el café, sentarse cerca del concierto familiar que nos regala los oídos con delicadas voces y suaves guitarras. Más tarde, una nube de niños alrededor de la guitarra: canciones a coro, niños y niñas de Colibrí que ofrecen este ramo de voces nada ensayado y que por eso emociona tan directamente.
A quien le apetece disfrutar del espectáculo se le hace un sitio, pero rápidamente las pompas gigantes encienden un nuevo foco de atención: algunos padres valientes lo intentan para dejar pronto los palos a la multitud de niños y niñas que se han acercado para probar suerte. Pocas pompas pudieron coger el vuelo finalmente, y llega el momento agridulce de las despedidas… más abrazos, más sonrisas y felicitaciones. La calma regresa a este jardín que ha vivido hoy una tremenda celebración de alegría y colaboración que nos ha llenado a todos de energía y vitalidad. Habrá más, la próxima vez las pompas llegarán hasta el cielo.
Tremenda celebración junto a familias, amigos, vecinos y visitantes. Grandes y pequeños disfrutaron del 1º Festín de Colibrí bajo un agradable sol que nos permitió sacar con muchas ganas los cuernos al sol. Caras pintadas, carreras y risas, globos y música hicieron las delicias de todas las personas que se animaron. Impresionante lo que se puede organizar con el trabajo de las familias… ¡si hubo incluso camisetas de Colibrí! Gracias de todo corazón y a manos llenas a esas personas que creyeron en este día desde el primer momento.
